Tu pueblo mio, remanente que no doblo sus rodillas a los baales, eres la filadelfia de este tiempo.
Yo conozco tus obras. He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque tienes un poco de poder y has guardado mi palabra y no has negado mi nombre.He aquí, que aderezo mesas delante de ti y en presencia de tus enemigos, unjo tu cabeza y te honro. Por cuanto haz guardado mi palabra con paciencia, yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado, para probar a los moradores de la tierra.